Consanguinidad

La consanguinidad va un poco más allá de “no dejar que dos hermanos tengan una camada”. Efectivamente tiene relación con los ejemplares comunes del pedigree, vamos a ver primero de todo como se calcula con un ejemplo.

Estos serán los antepasados de nuestro perro de ejemplo. Según esto tendríamos una consaguinidad tipo 3-1 de Tula y una tipo 2-3 de Man.

El primer número indica en que columna de la parte del padre se encuentra la repetición, el segundo número indica en que columna de la parte de la madre se encuentra la repetición.

Es imprescindible controlar la consanguinidad y en algunos convenios de cría se especifican los minimos a respetar.

La consanguinidad no debe tildarse siempre de algo negativo (mientras se respeten unos minimos), pues es una de las técnicas que pueden ser usadas por los criadores para fijar algunas características. No obstante si es cierto que es una técnica peligrosa, pues si ayuda a fijar lo bueno tambien puede llegar a realzar lo malo, deben ser tenidas en cuenta un sinfín de características en las que no entraremos en este artículo.

Cabe destacar, también, que habitualmente a menor consanguinidad mejores resultados en cuanto a salud obtendrán los ejemplares gracias al llamado “vigor híbrido”.